SABADO NADOR-FEZ
Tras de despedirnos de nuestros compañeros y de esperar un poco a Miguel que no se que hacia con el equipaje, cosa que se repetiría mas de una vez, emprendimos nuestra marcha rumbo a Kasita, donde cogeríamos el desvío que nos llevaría hacia Taza.
En este trayecto, tendríamos algún problema para encontrar gasolina sin plomo, pues si que habían surtidores que la servían pero estaba agotada.
Después de un puerto de montaña, con carreteras reviradas y en mal estado, paramos para tomarnos algunas barritas energéticas a modo de almuerzo y descansar un poco nuestro trasero.
DESCANSANDO EN EL PUERTO DE MONTAÑA
Siguiendo camino hacia Taza decidimos parar a comprar algo de pan en Saka, donde nos rodearon los niños para hacerse algunas fotos con nosotros y ver si sacaban algo mas…
CON LOS NIÑOS DE SAKA
Saliendo de la población y a unos pocos kilómetros decidimos parar en una especie de riachuelo seco, rodeados de pinos y arbustos, a comernos parte del fiambre que nos llevamos de Valencia, como si de un picnic se tratara.
DE PICNIC CAMINO DE FEZ
Después de tan suculento manjar, emprendimos rumbo hacia Fez, nuestro primer destino. Al poco tiempo atravesamos Taza y bajamos el Coll de Touahar, el cual tenia el asfalto liso y brillante como un espejo, que junto al gasoil y aceite que derramaban los vehículos que lo atravesaban, te hacia irremediablemente coger las curvas con una suavidad inusual para nosotros.
Nada mas bajarlo atravesamos un rio, donde un número indeterminado de personas, en su mayoría niños, cogían agua del rio y la transportaban en garrafas hacia no se donde, como si de gasolina se tratara. Nunca supimos que hacían con lo que llevaban dentro de los envases, que al parecer sería agua.
Paramos a repostar y a tomar coca cola, que por cierto sería la bebida oficial del viaje, la cual no estaba nada fría. Desde la terracita del bar seguíamos viendo pasar un incesante tráfico de motos, bicicletas, burros y gente andando, cargados con un montón de garrafas de variados colores llenas con el preciado líquido.
PARADA A REPOSTAR Y A REFRIGERARNOS
Salimos dirección a Fez y al poco avistamos un espectacular embalse, Idriss, que nos ponía en sobre aviso de que estábamos cerca de nuestro destino, ya que en la tan valiosa guía Michelin que llevábamos encima, venia bien clarito. Nos llamó la atención que en la sinuosa carretera que bordeaba el pantano, había una gran aglomeración de puestos de venta, hechos de cañas y ramas de palmeras, en las cuales vendían pescado salpicado con bastantes moscas, extraído al parecer de las aguas del embalse.
VISTAS DEL EMBALSE
Dejando atrás el pantano decidimos parar en otro pueblecito, del cual no recuerdo su nombre, en donde a Ricardo le intentaron cambiar su montura por un burro y que por supuesto, no sucedió.
PARADITA A REFRIGERARNOS
EL BURRO DE RICARDO
Después de refrigerarnos como de costumbre, partimos ansiosos hacia Fez, estábamos apunto de llegar y algunos vehículos nos adelantaban y con las ventanillas bajadas nos gritaban algo que no acertábamos a comprender.
A lo lejos se divisaba una grandiosa ciudad, debía de ser Fez, poco a poco el tráfico era mas intenso y casi sin darnos cuenta, nos vimos metidos en un tumulto de vehículos, como si de una gran urbe europea se tratase. El caos era inmenso, el calor asfixiante, deberían ser sobre las 6 de la tarde, no sabíamos bien hacia donde íbamos, pero lo que si sabíamos era que teníamos que buscar hotel. De repente parados en un atasco, se nos acercó una moto con dos lugareños y nos preguntaron si queríamos sitio para pernotar, en este momento comprendimos lo que nos gritaban desde los coches antes de entrar a Fez. Nosotros perdidos y atascados dios sabe en que parte de esta gran ciudad y sin dudarlo dos veces, nos apresuramos a seguirlos por varias calles hasta que nos dimos de bruces con el hotel.
EN LA PUERTA DEL HOTEL
Después de negociar el precio con el recepcionista y guardar las motos en el parking, quedamos con el que nos llevó al hotel y su compañero, para que nos sirvieran de guía esa noche por esta bonita ciudad.
Ya duchados y acicalados bajamos a recepción, donde nos esperaban con dos taxis para llevarnos a cenar y posteriormente visitar la medina de Fez.
Después de negociar los precios de los taxis, ya que aquí todo se negocia, Miguel y Jorge en uno, y Ricardo y yo en el otro, nos dirigimos velozmente, como si de una carrera de rally se tratase y prácticamente sin respetar señales ni semáforos ,hasta la entrada de la medina.
Ya fuera de los vehículos y con los pies en el suelo, Miguel refunfuñaba de tan peculiar y veloz travesía, mientras los demás al escucharlo, se nos dibujaban en las caras una leve sonrisa.
CON EL GUIA EN LA MEDINA
Nos adentramos en la medina y empezamos a navegar por ella con la ayuda de nuestro guía, por un gran número de calles, mil cuatrocientas según nos dijeron, las cuales se iban entrelazando unas con otras sin ningún sentido razonable. El tráfico de transeúntes era abismal, los sentidos casi no daban abasto a ver, oler y escuchar todo lo que por allí se acontecía.
Tras ver la plaza del tinte de pieles y comprarnos algo relacionado con el tema, nos llevaron a cenar a un restaurante típico de la zona, en el cual pudimos degustar deliciosos platos Marroquís y descansar un rato nuestros sentidos de esta gran cantidad de acontecimientos que estaban pasando por delante de nosotros y que casi no nos daba tiempo a digerir.
PLAZA DE TINTE DE PIELES
RESTAURANTE TIPICO EN LA MEDINA
Una vez bien cenados y siempre acompañados de nuestro fiel guía, seguimos nuestra peculiar e ilustrada visita por la medina. Cada calle estaba dedicada a un menester: carnicerías, peluquerías, alfombras, tejidos, adornos, utensilios de cocina, especias, etc., etc., etc.
FRUTOS SECOS
PLATERIA
SALES DE BAÑO
ESPECIAS
TURRONES
PRODUCTOS LACTEOS
Ya era tarde cuando después de comprar algunas alfombras y tomarnos algún que otro té, decidimos volver hacia al hotel con los taxis, no sin antes dar un pequeño rodeo por la ciudad para poder admirar el Palacio Real, donde por casualidad estaba alojado esa noche allí el rey Hassan, lo que se notaba porque la ciudad estaba adornada como si de navidad se tratase y la muralla que rodeaba tal peculiar fortaleza estaba repleta de soldados marroquís.
Llegamos al hotel, les pagamos a los guías y nos fuimos a la cama rápidamente, pues al día siguiente esperábamos otra jornada tan dura o mas que la de hoy.
MARRUECOS III: http://cronicasdesalvags.blogspot.com/2007/12/marruecos-iii.html
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