Amanece el último día de ruta y también parece que va a hacer
frío, así que con las primeras luces atravesaremos la Sierra de Espadán y desde
lo alto contemplaremos un espectacular amanecer sobre el mar.
Nuestro primer destino tarda en llegar sobre una hora, Adzaneta, pueblo del interior de
Castellón y cruce de varios caminos.
Pedro II de Aragón, el católico, prometió a los Templarios el 5 de
noviembre de 1210 que cuando conquistaran estas tierras a los moros, les
entregaría el Castillo de Culla y las llamadas Alquerías de Adzaneta.
Fue conquistada por el rey Jaime I de Aragón, quien la dio a sus
caballeros como premio a los méritos contraídos en campaña. Así, la villa de
Adzaneta fue entregada en feudo a dos nobles guerreros de Perpiñán, que
acompañaron a Jaime a la conquista de Valencia y realizada ésta, uno de ellos
recibió institución del señorío. En un documento de notable antigüedad se lee
que con ocasión de la conquista, tres generosos guerreros y hermanos de la
ciudad de Perpiñán, vinieron a este Reino y se avecindaron en las tres villas
de Orden del Temple: Ares del Maestre, Benasal y Adzaneta; los Bertranes de
Adzaneta merecieron, por sus mayores servicios, el premio y donación de
posesiones en esta Villa.
Visitamos una torre, la iglesia y
parte del muro que rodeaba la ciudad, repostamos y nos vamos en busca del
pueblo más enigmático y mágico para mí de esta ruta.
Subimos un puerto, hace mucho aire
y además es helado, en un rato estamos contemplando a lo lejos y encima de un
risco, el pueblo y castillo de Culla,
el único comprado por los templarios.
El 27 de marzo de 1303, las tierras del Señorío de Culla (actuales
términos municipales de Culla, Benassal, Atzeneta del Maestrat, Vistabella del
Maestrat, La Torre d’En Besora, Benafigos y Vilar de Canes) pasaron a control
templario. En el documento original, que aún se conserva en el Archivo
Municipal, se pueden contemplar las firmas de Guillem d´Anglesola (antiguo
Señor) y de Arnald de Banyuls (Comendador templario en Peñíscola) , el cual firmó
en nombre del último Gran Maestre de la Orden, Jaques de Molay. Los templarios
desembolsaron 500.000 sueldos valencianos en la compra de Culla, que
curiosamente fue la última y más cara adquisición de la Orden del Temple en la
Corona de Aragón antes de su controvertida desaparición el 1314.
¿A qué se debía el interés de los templarios por Culla? ¿Por qué
la deseaban con tanto empeño? ¿A qué se deben 100 años de paciente aguardo?
Muchas son las preguntas que nos surgen al pensar qué motivo pudo
llevar a los Templarios a desear con tanto ahínco la posesión de Culla,
sabiendo que fue la orden más poderosa y rica de Occidente. Hay publicaciones
que nos hablan de la práctica de la ciencia alquímica, por las fuerzas
telúricas, que parece ser confluyen en Culla.
También se habla de terreno de evasión para instalar a los
numerosos colectivos de cátaros, que desde mediados del siglo XIII, bajaban en
maltrechas condiciones desde Occitania. Se establecieron por todo este
territorio dedicándose a la comercialización de la lana. Tal vez su
interés estaba justificado en la bondad de las aguas termales de la vecina
población de Benassal. Aunque si por algo era importante la posesión de Culla
era porque constituía la frontera entre Aragón y Valencia, un punto ideal para la
expansión del Cristianismo.
Ya en lo alto del castillo,
contemplamos un paisaje espectacular, seguro que en días claros, se puede ver
hasta el mar.
Las calles adoquinadas y las casas de piedra me hacen transportan a otra época.
Pero en fin, tenemos que seguir y
nos vamos en busca de la vecina población templaria de Benasal, donde nos encontraremos con su antiguo Castillo de la Mola
y varias torres que rodean la ciudad.
En 1213, el
rey Pedro II de Aragón, que ya había reconquistado la zona, otorgó a la Orden
del Temple el
castillo de Culla con todas sus posesiones, incluida Benasal (población que en
el documento de donación se cita como Avinaçal). Más tarde Jaime I de Aragón, en 1226, otorga
al señor feudal Blasco de Alagón todas las tierras que lograra conquistar a los árabes.
La conquista comenzó el año 1232, en que don Blasco tomó Morella. Dos años más tarde ocuparon Culla con todas sus pertenencias, entre ellas
Benasal.
En 1303 los
herederos de Blasco de Alagón vendieron las posesiones a Berenguer de Cardona, Maestre del Temple, creándose la Comanda de
Benasal.
Tras la desaparición de los Templarios y
creada la Orden
de Montesa se
incorpora a ella en 1319. En el
primer capítulo general de la Orden celebrado en San
Mateo es
erigida en cabeza de la Encomienda de su nombre, separándose de la jurisdicción
de Culla y dándose pie a la fortificación adecuada de la villa.
Seguimos ahora hacia Ares del Maestrat, para ello deberemos subir un puerto de más de 1300 metros por una revirada carretera pero en muy buenas condiciones, una vez arriba, nos desviaremos a la derecha para subir un poco más siguiendo la carretera que terminará en el pueblo.
Una vez allí vamos
en busca de su Ayuntamiento, que anteriormente fue la antigua Lonja, donde en
su sala capitular, parece ser que se reunían los templarios.
El rey Jaime I la reconquista definitivamente en 1232. En1234 pasa a manos de la Orden
del Temple siendo
cabeza de una de sus encomiendas. Al ser disuelto el Temple, por decisión
papal, pasó a pertenecer a la Orden
de Montesa, su
sucesora en el Reino
de Valencia.
Luego nos acercamos con Flavia a
los pies de la mola donde se posa castillo, las vistas son de vértigo y te hace
pensar lo difícil que lo tendrían las tropas invasoras para poder hacerse con
esta población.
Hace mucho frio y las manos casi
no me responden, nos metemos los guantes y nos apresuramos a bajar el puerto
volviendo sobre nuestros pasos para visitar Albocacer, donde su castillo, hoy ayuntamiento, fue habitado por
los templarios desde mediados a finales del siglo XIII.
La población nació alrededor de un castillo que los Templarios
construyeron en 1294, para más tarde pasar a manos de la Orden de Montesa, y ya
en 1930 fue lamentablemente derribado por decisión de su ayuntamiento.
Aprovechamos para visitar en esta
misma población la Ermita de San Pao,
donde según algunos autores, los templarios dispusieron de hospital y
hospedería. De hecho, muchos años después de desaparecer la orden del
temple, siguió desempeñando esa función.
Terminada la visita tomamos rumbo
hacia la costa, para visitar el último castillo templario de hoy y de la ruta
en sí, el castillo de Chisvert, en Alcalá
de Chisvert.
Después de pasar por las Cuevas de Vinromá, cogeremos la
estrecha carretera que nos llevara hasta la población, donde una empinada pista
nos conducirá al castillo que está emplazado en un alto de la Sierra de Irta, en un enclave desde el
cual se domina el llano y el mar.
En el año 1234, después de varias y confusas donaciones por parte
de los monarcas cristianos a sus seguidores, cuando Xivert estaba todavía bajo
el dominio musulmán, pasó el castillo y el poblado, por un pacto de rendición
pacífica, a manos de la Orden del Temple.
El escudo de la Villa consta de un solo castillo almenado, a la
derecha hay un cáliz con la Hostia y a la izquierda, una estrella de ocho
puntas y encima de los tres símbolos, sendas cruces de aspas iguales. La Hostia
sobre el cáliz denota que esta fortaleza era inexpugnable para los enemigos de
la fe cristiana. Perteneciente a la villa de la corona de Aragón, Cataluña y
Valencia, pusieron la estrella que
simboliza el brillo , luz, sabiduría y elevación de miras. Así mismo la
estrella de ocho punta puede simbolizar, el sello Templario de la cruz
ochavada o cruz de las ocho beatitudes.
Las cruces pertenecen igualmente a la Orden del Temple, ya que parece ser que
fueron estos caballeros los que dieron a esta villa su escudo de armas.
Bueno, hasta aquí mi ruta
Templaria, han sido muchos kilómetros visitando infinidad de castillos y
poblaciones que en su día fueron posesión de los Caballeros Templarios.
Además de la ruta en sí, han sido
muchas horas de buscar datos por internet y por varias bibliografías que hablaban
sobre el tema y que me han ayudado mucho a planear la ruta que ahora os estoy
contando, intentando no extenderme mucho en lo que aconteció en el antiguo
Reino de Aragón entre los siglos XI y XIII
Agradecer desde aquí el interés
que habéis tenido en la ruta y esperando que hayáis disfrutado tanto como yo de
todo lo que envolvía a estos misteriosos y enigmáticos guerreros.
También
agradecer desde aquí mujer Mercedes, por su gran apoyo, ánimo y aliento para animarme a seguir haciendo este tipo de rutas que son las que a mi me gustan.
Saludos a todos y hasta la
próxima.