Cuando Indiana Jones estuvo
buscando el Santo Grial por todos los rincones de la tierra, si hubiera sabido
que en España se escondía el cáliz que Jesucristo utilizó en la Última Cena,
habría tenido que vivir aventuras menos arriesgadas que las experimentadas en
la búsqueda de la preciada joya.
No tenía más que haber viajado a la capital del Turia y
admirar en el pequeño anexo a la catedral esta preciosa pieza, que se guarda en
la capilla que lleva su nombre desde el año 1437.
Hasta aquí llegó procedente del Palacio de la Aljafería desde tierras mañas, pero antes de llegar a
la capital del Ebro, el Grial había sido custodiado durante mas de mil años en
tierras de Huesca.
Pero son muchas las leyendas que envuelven este misterio, desde que allá por el siglo
III D.C. y más concretamente en el año 258, el diacono San Lorenzo, al servicio
del Papa Sixto II, lo enviara a Huesca, a casa de sus padres para protegerlo
del emperador romano Valeriano.
Así que un servidor, que no le gusta nada todo esto, y aprovechando
que en octubre se conmemorará el Año Jubilar del Santo Grial aquí en Valencia, mi ciudad natal, intentaré
seguir sus pasos desde que llegó a la península.
A continuación os relato lo que aconteció en esos cuatro
días al intentar seguir los pasos del
Santo Grial.
Después de muchos preparativos, tanto de investigación como
de documentación sobre el tema, itinerarios, rutas, horarios y tracks, llego el
momento de ponerlo en práctica.
Era un lunes, 27 de abril, cuando empecé la ruta hacia el
norte de la península, y más concretamente hacia Huesca, donde empezaría mi
primera etapa griálica.
Saldría de Vall de Almonacid, pueblecito castellonense
escondido en la Sierra de Espadán, donde tengo mi segunda casa.
Atravesaría Segorbe y en un instante estaría tomando el
único tramo de autovía de la ruta que me acercaría hasta Teruel, 50 kilómetros para ganar tiempo ya que la jornada tenia
pinta de que iba a ser algo dura.
Mi primer sobresalto llego pronto, ya que mientras subía el
puerto del Ragudo, veía como a lo lejos salía una humareda muy negra, como si estuvieran
quemando neumáticos.
Nada más coronar el puerto y en el arcén, me encontré con un
autobús completamente en llamas y a pocos metros más adelante, un pequeño grupo de
gente con el poco equipaje de mano que pudieron rescatar, esperando en el
arcén.
En ese momento no sabía si pasar o pararme antes de
sobrepasarlo, y si explotaba a mi paso? Sin mucho tiempo para pensar, me metí
en el carril izquierdo, abrí gas, apreté el culete y creo que hasta cerré los
ojos al pasar por su lado.
Primera prueba superada!!!!
Mal empezaba el día, sería un mal presagio?
Siguiendo la ruta preconcebida, poco después estaba ya en
Teruel, donde cogí el desvío que me encaminaría hacia Huesca.
Paso obligado por Belchite, donde me detuve para visitar
brevemente el pueblo viejo y a descansar un rato.
Allí me encontré un lugareño nonagenario que me conto un
sinfín de historias de las cuales os dejo la que más me impresionó:
Era yo un zagalillo cuando andaba
revoloteando por los campos a las afueras del pueblo muy cerca del cementerio,
allí había una casona a modo de cuartel,
donde metían gente como para interrogarla y a los cuales sacaban por la
puerta trasera y allí mismo, en la tapia del cementerio y escondido de la vista
de los demás, los fusilaban.
Después de una charla larga y tendida, continuaría la marcha
de nuevo.
Hacia bastante aire y además frio, así que saco hasta el
chubasquero, que me pongo en la parte de arriba para apaciguar la entrada de
aire en el cuerpo.
En poco mas demedia hora estoy ya en la puerta de los
Monegros, que intentaré atravesar por su parte más occidental.
Empiezo a enlazar pistas siguiendo el track y comienzo a
disfrutar en solitario de mi primer Off Road del día.
Hay de todo, pistas buenas, pistas malas y hasta algún tramo
que tengo que improvisar con el gps porque no existe.
Me adelantan unos
endureros, por lo menos ocho, se paran más adelante y me detengo a su lado, son
franceses y van con motos francesas, solo uno medio chapurrea algo de español y logro entender que están
esperando a una moto como la mia, van destino a su país por pistas, así que les
digo que yo prosigo marcha ya que voy más despacio que ellos.
Al rato me vuelven a adelantar y tras ellos el de la Gs,
roja, sin maletas y sin asiento de atrás, así cualquiera!!!!
Después de un tramo corto de carreterillas, cojo de nuevo
una pista que dirección a Huesca, me acercara antes al embalse de Valdabra .
Aquí me detendré y daré un bocado antes de llegar a mi
primer destino de mi ruta Griálica, la Ermita
de Loreto.
Siguiendo el gps vuelvo a tomar carreteras asfaltadas, ya veo
Huesca a lo lejos, así que la Ermita no debe de estar muy lejos.
Ahí está el desvío y mi corazón se me acelera, estoy
nervioso.
Creo que estoy viendo a lo lejos la imponente Ermita, en
medio de campos de trigo con un colorido especial.
Mientras paro a hacer unas fotos en el camino, me pasa una
moto hacia la Ermita, así que me voy para allí a ver que hay.
Ya estoy aquí, y la Ermita es bastante grande, más que una
Ermita parece una iglesia.
Paro la moto y me quito el casco, es emocionante llegar a tu
primer destino, al principio de todo esto que he estado preparando durante
semanas. Estoy emocionado y satisfecho.
Durante el mandato del emperador
romano Valeriano (253-260), concretamente en el año 258, se emprendió una gran
persecución contra los cristianos, conminándoles a abjurar de su fe o sufrir la
expropiación de sus bienes y la decapitación. Es probable que esta persecución
se debiera a la presunción de que los cristianos atesoraban riquezas, mientras
el emperador pasaba momentos económicamente delicados, como lo demuestra el
hecho de que las monedas que habitualmente eran de plata, pasaran a ser de una
ley muy baja, o simplemente de bronce con una delgada capa plateada, hasta
llegar en época de sus sucesores a ser totalmente de bronce.
El papa Sixto II fue detenido, procesado y
decapitado en su propia silla episcopal en las catacumbas de San Pretextato.
De camino a su ejecución, el Papa
iba acompañado por su diácono San Lorenzo, administrador de los bienes de la
Iglesia, a quien ordenó que los distribuyera entre los pobres y que pusiera a
salvo los más preciados bienes, especialmente el Santo Cáliz, que el propio San
Pedro había llevado a la capital del imperio.
Lorenzo le rogó que le permitiera
compartir su martirio, pero él le dijo que también sufriría martirio por Cristo
en su momento. Cuatro días después fue martirizado y asado vivo en una
parrilla, que desde entonces pasó a ser el símbolo laurentino por antonomasia,
siendo posteriormente santificado y convirtiéndose en el patrón de Huesca.
Antes de su muerte consiguió
cumplir el encargo del Papa, repartiendo las riquezas entre los pobres para que
no fueran a parar al emperador, a excepción del Santo Cáliz, objeto importante
para su propia fe y para la continuidad del cristianismo, que envió a su ciudad
natal dos días antes de su martirio a través de un legionario de su confianza,
junto con una carta para sus nobles padres San Orencio y Santa Paciencia, que
vivían cerca de Huesca en su pequeña
granja (o torre en Aragón), y casa de
Loret, en el lugar en que hoy se alza la ermita de Loreto, y donde se cree que
se guardó inicialmente, según sostiene la tradición y corroboran los mejores
investigadores en la materia.
Ahí está el otro motero, me acerco a él, nos saludamos y le explico brevemente
que estoy haciendo por aquí, el me presta atención y le gusta la idea, así que
después de un rato, se brinda a hacerme
unas fotos y a guiarme hacia el centro de Huesca, mi próximo destino.
Lástima que la Ermita esté cerrada, no puedo ver lo que hay
dentro, pero que le vamos a hacer?
Rubén , que así se llama mi nuevo amigo, sale delante de mí
y enseguida estamos callejeando por la capital, en un instante ya estamos en el
centro y nos detenemos en un parking de motos en el Coso, que así se llama la
calle, me explica donde está todo ,la catedral, la iglesia de San Pedro el
Viejo, que es lo que voy a visitar, me da su teléfono y me dice que si me pasa
lo que sea, que le llame, que él vive allí y me puede ayudar. Se lo agradezco y
nos despedimos.
Aquí una foto.
Luego me enteré que Rubén Pertusa es un gran chef de la
zona, un chaval joven y campechano, con ganas de ofrecer mucho sin pedir nada a
cambio.
Así que ya la moto aparcada, me fui en busca de mi segundo
destino, La iglesia de San Pedro el
Viejo, situada en el centro de la capital, no sin antes visitar la
catedral.
CATEDRAL
SAN PEDRO EL VIEJO
Lo
único malo es que son las tres de la
tarde y hasta las cuatro no está nada abierto, así que después de recorrerme el
casco antiguo me dirijo a una gran calle peatonal a tomarme un café con un
pastelito típico de la zona, haré algo de tiempo hasta que abran los sitios a
visitar.
Poco
antes de las cuatro estoy en la oficina de turismo pidiendo información y
enseguida estoy frente a la entrada de la iglesia de San Pedro el Viejo.
El año 553 el Grial es trasladado
a la Iglesia de San Pedro el Viejo de Huesca, que acababa de ser construída por
el Obispo Vicencio con el fin de contener la sagrada reliquia, y donde reposó
hasta el año 711. La iglesia se construyó sobre un anterior monasterio
benedictino, construído a su vez sobre un templo visigodo que sustituyó a una
iglesia de la época romana. La Iglesia de San Lorenzo también fue construída
por el obispo Vicencio en la misma época. Es significativo que tanto esta nueva
iglesia de San Pedro el Viejo como otros templos, monasterios, iglesias y
catedrales en los que reposó el cáliz o que se construyeron para albergarlo,
están dedicados a San Pedro, el primer Papa y primer custodio del Grial.
Ya
estoy dentro, y una vez allí saco mi entrada y a la mujer que me atiende, le
explico el motivo de mi visita y ella a
mi también me explica un poco de todo lo que acontece por allí.
Luego
sigo la visita a mi aire, visitando el claustro y las capillas que hay en la
Iglesia, no es muy grande, pero solo con saber lo que guardó allí es suficiente
para que mi visita haya valido la pena.
Ya cuando me dirigía hacia la salida, se
acerca hacia mi la mujer con un hombre a su lado y el me pregunta:
Eres Salva? Salva Gs?
Yo
con cara imagino de asombrado le digo que si, entonces él se presenta, es Javier Monsón, Presidente de la Asociación
"Huesca, Cuna de San Lorenzo", quién estuvo muy interesado en la ruta
en sí y que muy amablemente me mostro la ciudad, donde tuvimos la ocasión de
hablar largo y tendido sobre el tema “Santo Grial”
Terminada
la visita a Huesca, tome dirección norte en busca de Yebra de Basa, lugar donde tenía reservado habitación en el
Albergue de Yebra.
Llegada
al Albergue, descanso y una buena ducha.
Las
vistas desde mi habitación son espectaculares.
Me
voy a estirar las piernas y a buscar de sitio para cenar en el mismo pueblo.
Cena
ligerita y a dormir que mañana nos espera una jornada muy larga.
Había
sido una ruta 500 kilómetros bastante pesados, de los cuales sobre 350 eran de
enlace y 150 de etapa Griálica en sí.
Al
día siguiente, después de un buen desayuno
en el mismo albergue, mi intención es llegar a la Ermita de la Cueva aquí mismo, en Yebra de Basa, pero por pistas, ya que andando había un par de
horas de ida y otras tantas de vuelta.
Una nueva crisis sacude a la
cristiandad en forma de invasión árabe capitaneada por Tarik y Muza, y
facilitada según los cronistas por el traidor conde Don Julián (el hombre mas
malo del mundo), que ostentaba el mando en la plaza de Ceuta, y que tras su
muerte fue enterrado a la puerta de la Iglesia de San Pedro de Loarre, para que
todo el mundo pudiera pisotear su tumba.
El avance de los musulmanes es
imparable y en su progresión arrasar todos los templos cristianos. Ello
justifica en buena parte el hecho de que no hallemos templos anteriores al año
mil. Los apuntados y sus sucesores llegaron devastando hasta el sur de Francia.
Abd El Malik no respetó templo alguno en Aragón.
Es entonces cuando el obispo de
Huesca, San Acisclo, huye hacia el norte en el 711, junto con su sobrina Santa
Orosia, llevando consigo el Grial. Hacia el año 715, según la tradición, el
Santo Cáliz permanece temporalmente oculto en la casi inaccesible Cueva-Ermita
de Yebra de Basa, disimulada gran parte del año por una gran cascada de agua.
Ambos murieron por el mal del "hijo del lobo": Aben-Lupo*
*Oyendo que los musulmanes
habían invadido el reino, se retiraron todos a una cueva de los términos de
Yebra, pero descubiertos por los sarracenos, su caudillo Aben Lupo, atormentó y
dio muerte a San Acisclo primero y luego a San Cornelio y a toda la comitiva.
Todo esto ocurrió ante la presencia de la santa para infundirle temor con el
fin de que cediera su belleza, hermosura y rara discreción, a la lasciva
infernal de aquél lobo carnicero. Como la virgen se resistiera, lleno de furor
aquel lobo sarraceno, mandó cortar los brazos y aserrar después las piernas y
cortar su sagrada cabeza y mandó que aquellas santas reliquias virginales
fuesen arrojadas por el monte de Yebra, para pasto de las bestias. Mientras la
santa era martirizada, sintió sed y por medio de su intercesión manó una fuente
cristalina que aún perdura. Ocurrió todo esto por el año de 920. Los ángeles
cuidaron de dar honorífico sepulcro a Santa Orosia y recogieron sus reliquias y
las colocaron en aquél monte. Aquí estuvieron escondidas, habiéndose perdido la
noticia del soberano tesoro, hasta que, a un pastor, se le manifestó el cuerpo
y la cabeza, mandándole que dejara la cabeza en Yebra y llevara el cuerpo a la
Santa Iglesia de Jaca, donde permanece incorrupto desprendiendo singular fragancia.
Cuando las reliquias se acercaban a Jaca, las campanas comenzaron a sonar solas
anunciando la llegada. Ese año estas montañas obtuvieron su mejor cosecha. En
la cumbre de aquel dichoso monte de Yebra, y donde está la fuente referida, hay
una ermita de Santa Orosia, y antes de llegar a dicho sitio se ve debajo de una
peña, otra iglesia donde se conservan las reliquias de San Acisclo, San
Cornelio y la real comitiva, todas revueltas.
El
día era bueno, no hacia demasiado frio y el sol empezaba a despuntar por encima
del Valle.
La ruta
empezaba desde el mismo pueblo, a los pies de una pequeña capilla.
La
pista subía y subía sin parar
retorciéndose entre las montañas como si se quisiera enroscarse a ellas.
Habían
tramos complicados, pero con Flavia en modo tractor y con mucho cuidado, no
había ningún problema.
El
problema llego varios minutos más adelante, una barrera me prohibía el paso y
no era cuestión de quebrantar la ley.
Así
que media vuelta y para abajo otra vez, que no se termina el mundo por esto. Ya
vendría en otra ocasión y aunque fuera a pie, intentaría llegar a mi difícil
destino de hoy.
Luego
me di cuenta que al comienzo de la pista ya indicaba lo de la barrera…jeje
Ahora
rumbo hacia el siguiente destino, San
Adrian de Sásabe, entre Borau y Aisa.
Tomaré
la carretera que sube de Jaca hacia la frontera Gala, y pasando Castiello de Jaca tomaré un desvío a la
izquierda hacia Borau, donde
avistaré las primeras nieves en lo alto de las abruptas montañas.
La sinuosas
y casi perfectas curvas de la carretera,
me hacían disfrutar de la conducción, y cuando me quise dar cuenta ya estaba
atravesando la población de Borau.
De
aquí hacia delante la carretera se vuelve arcaica y peligrosa, no apta para
hacer en coche si os mareáis.
Antes
de salir del valle, nos encontramos el desvío señalizado.
Un asfaltado
y estrecho camino nos llevara hasta un idílico paisaje en la confluencia de los
barrancos, Calcil y Lupán, donde se esconde la pequeña Ermita.
Alli
la vemos, al otro lado de un riachuelo que gracias a dios no baja mucha agua,
asi que nos toca vadear para acercarnos a ella, no es un vadeo grande ni
peligroso, por lo menos ahora, pero seguro que en época de lluvias dará mucho
más respeto.
Después
de cruzar uno de los barrancos dejamos la moto y empezamos a explorar.
La
verdad es que da un poco de respeto, esta todo abierto y estoy solo.
La
soledad impone.
Con posterioridad, los obispos
del todavía Condado de Aragón (pues aún dependía de Navarra) y el Santo Grial
se ubican en la poco conocida Iglesia de Santa María de Sásabe, cuyos restos se
encuentran bajo la actual Ermita de San Adrián de Sásabe, y que el año 992 se
convertía en sede del primer obispado de la Reconquista.
Unos afirman que quedó enterrado
en San Adrián de Sasave, cuando la iglesia de Santa María fue sepultada por un
tremendo desbordamiento de los barrancos de Lopán y Calcil. Otros sostienen que
la reliquia estuvo primero en San Pedro de Siresa, de donde la llevaron a San
Juan de la Peña y luego a Crosín, el monasterio en el que los monjes se valían
de un túnel para descender al río Aragón y proveerse de agua. Cuentan que se
comunicaban con San Adrián de Sasave y San Juan de la Peña por medio de señales
luminosas.
No obstante, los vecinos de San
Adrián siempre sostuvieron que el Santo Grial permanecía enterrado en la
iglesia que sepultaron las barranqueras. Tanto es así que en 1559 decidieron
desescombrar el templo. Pero les asaltó el miedo y desistieron de su trabajo:
Dicen que a los curas les sucedía otro tanto. Al cabo de los siglos, el
misterio continúa. Satué Oliván recoge asimismo la leyenda de que detrás de la
iglesia hay siete obispos enterrados, y que en un huerto que tenían los de Casa
Chuaquín debía estar el cementerio desaparecido, a juzgar por los huesos
humanos que aparecían en él.
Después
de la pertinente exploración y varias fotos, tomamos rumbo hacia el Valle de Hecho atravesando Aisa y Jasa por una tortuosa
carreterilla que nos hará ir con mucha precaución.
Aquí
nos meteremos por una pista buscando un lugar para descansar y comer algo, y lo
encontramos.
Ya
metidos en el Valle de Hecho, llegamos en un momento y por buena carretera a Siresa, lugar donde se encuentra el Monasterio de San Pedro de Siresa, y
que en el año 833 la sagrada reliquia pasó a buen recaudo en el
recién construido Monasterio,
antiguo cenobio visigótico, que es declarado nueva sede episcopal de Aragón el
año 922.
Fundación en su origen carolingia
de influencias ultrapirenáicas, su estilo es diferente a todo lo visto en el
románico Aragonés. Su proximidad a la vía romana que atravesaba el Pirineo por
el puerto del Palo facilitó el acceso de influencias europeas.
"...Por decirlo de algún
modo, incluso las veneradas piedras de San Juán de la Peña son unas jovencitas,
comparadas con sus hermanas de Siresa, que arraigan a Aragón en Europa, desde
hace más de un milenio." (Guillermo Fatás)
En palabras de Durán Gudiol:
"Vi que no había otro momento a propósito en que se pudiera levantar una
iglesia tan monumental como ésta salvo cuando la fundación del Condado de
Aragón hacia el año 830"
Ya antes hubo otro templo en
el mismo lugar, visigótico, de cabecera plana.
También
lo encuentro cerrado y preguntando en el bar me dicen que hay un cartel en la
entrada con el teléfono de la chica que lo enseña, que le llamas y viene y te
abre, pero allí no hay cartel ninguno.
Mas
tarde averigue que la chica cuando se va del pueblo, se lleva el cartel, así
que “mi gozo en un pozo”
Después
de charlar un rato con los lugareños y hacerme un tentempié en el bar del
pueblo, retrocedo sobre mis pasos recorriendo de nuevo el Valle y siguiendo el
cauce del rio Aragón Subordán, donde lo cruzo en busca de una pistita que me
alejara de la carretera y me acercará a una buena sombra al lado del rio para
descansar.
Más
tarde me dirigiré hacia la población de Bailo.
Durante el reinado de Sancho III,
en 1014, fue sede episcopal, y con ello el Santo Cáliz se trasladó a la iglesia
de la corte, que se hallaba en la población: la iglesia de San Pedro, hoy
parroquia de San Fructuoso.
Visto
el solitario pueblo y su iglesia, para tomar después la carretera que va por el
Valle del río Aragón que nos
dirigirá hasta Jaca, donde aparcamos
la moto cerca de la catedral y nos dispondremos a patear la ciudad.
El rey Ramiro I estableció la
capital del incipiente Reino de Aragón y
formó el proyecto de hacer una catedral "tan suntuosa que no exista otra
mejor", y lo sería para el Aragón de aquella época, una catedral
construida por y para el Santo Grial, que fue acogido en tierras jaquesas desde
1045 a 1076. Por eso será consagrada a San Pedro, y por eso le hará donación de
trece pueblos en memoria de los comensales de la Última Cena.
Un
corto paseo por la ciudad, su catedral y sus calles peatonales, me serán
suficientes para imaginar la importancia que tuvo la localidad en toda esta
historia del Santo Grial.
Desde
aquí retrocedemos sobre nuestros pasos para terminar el día en el Hostal Aragón, hotel para moteros a pie
de carretera y que está situado en el comienzo de nuestra tercera etapa
Griálica.
El
Hostal lo regenta Javier, un apasionado motero que me atendió como si estuviera
en mi propia casa. Una buena cena con carne a la brasa , ensalada y un buen
postre, me dará las suficientes fuerzas para recuperarme rápidamente. Buena calidad
a un precio muy ajustado, lo recomiendo.
El
tercer día amanece con el suelo mojado, así que después del desayuno, me enfundo el chubasquero
en la parte de abajo y a rodar.
A
pocos kilómetros del comienzo de la ruta se encuentra la localidad de Santa Cruz de la Serós, con sus típicas
chimeneas troncocónicas.
Aquí
hay una iglesia, la de Santa María, donde existe un pequeño habitáculo en sus
muros, donde parece que durmió el Grial de camino a San Juan de la Peña, o al
menos es lo que les gusta pensar a los vecinos.
Después
de visitar la iglesia abandonamos el pueblo y tomamos rumbo a San Juan de la Peña, siguiendo la serpenteante
carretera que nos ofrecerá unas vistas y paisajes espectaculares.
A los pocos kilómetros y tras tomar una de las
innumerables curvas, aparece ante nosotros como agazapado y escondido en la
montaña, el monasterio de San Juan de la
Peña.
Hasta aquí llegó porque Pedro de
Jaca, el nuevo custodio del Grial, renunció a su cargo de obispo en 1076 y
retornó a su monasterio de origen, San Juan de la Peña, cuna del Reino de
Aragón, llevando consigo el Santo Grial, que permanecerá allí hasta el año 1399.
El hecho de que el Grial
estuviera en San Juan de la Peña y que este fuera un lugar de paso obligatorio
para los peregrinos del camino de Santiago, atrajo a gran cantidad de personas
que crearon en torno al monasterio un halo de misterio y de lugar sobrenatural.
Es en este lugar donde transcurre
la leyenda que relata que un joven noble de nombre Voto cazaba a caballo por
estos parajes cuando, persiguiendo un ciervo, cayó desde lo alto del monte Pano
al precipicio. Milagrosamente, el animal se posó en tierra suavemente. Sano y
salvo en el fondo del barranco, el noble aragonés descubrió una ermita y, en el
interior, el cadáver de un ermitaño. Impresionado por el descubrimiento, vendió
todos sus bienes y, junto a su hermano Félix, inició una vida eremítica en la
cueva que después daría origen al monasterio.
Leyendas que contaban, por
ejemplo, como los monjes custodios del monasterio vivían más de cien año
gracias a la influencia del Grial. Un monasterio que ya de por si poseía una
leyenda debido a su ubicación y creación.
Leyendas que decían que la fuente que se
encuentra en el centro del claustro tenía forma de Cáliz y por ella manaba agua
de la misma forma que había manado agua de la herida del costado de Jesucristo.
Muchos juglares que hicieron el Camino de Santiago encontraron en San Juan de
la Peña y sus alrededores una importante fuente de inspiración y el monasterio
se convirtió en un lugar de intercambio de ideas y de encuentro.
Es precisamente durante este
período de estancia del Grial en San Juan de la Peña cuando surgen durante el
siglo XI las primeras leyendas y obras caballerescas en torno al cáliz de la
última cena, extendiéndose por toda Europa y apareciendo versiones alemanas,
francesas, castellanas, islandesas, italianas..., con derivaciones como
Lancelot, el rey Arturo y los caballeros de la Tabla Redonda, Queste del Saint
Graal, Parzibal, Tristán, Ginebra, el mago Merlín o la espada Excalibur.
Alfonso I el Batallador, fue uno
de los monarcas aragoneses que más protegió este monasterio. Caballero
templario del Grial, según la tradición oral, tras la batalla de Fraga y
supuestamente herido de muerte, se refugió en el monasterio y misteriosamente
logró sobrevivir, apareciendo más rejuvenecido y guerrero que nunca.
Después
de tener una visita guiada por el monasterio, previo pago de 5 euros, con guía
para mi solo, sigo la carretera que me llevará al nuevo San Juan de la Peña,
que se construyó porque el viejo se incendió.
Mucho
mas grande y suntuoso que el viejo monasterio pero no por ello menos impresionante.
Coronaré
el puerto y empezare a bajar hacia Anzánigo, poniéndome en más de una ocasión
al nivel de las inmaculadas nubes.
Desde
allí seguiré el caudaloso cauce del rio Gállego, dejándolo poco después para
desviarme y pasar junto a los majestuosos Riglos.
Seguiré
rumbo a Zaragoza por pistas buenas y
carreterillas.
Unas
antiguas vías de tren abandonadas me guían hacia mi destino.
Pasaré
junto al embalse de Sotonera.
Llegando
a Gurrea de Gallego
Otras
que cogeré para no tocar la autopista.
Por
esta zona y circulando por una pista no en muy buen estado, creo que iba en
segunda, vi a lo lejos y en medio de un campo un rebaño de ovejas, de repente
tres grandes perros se dirigían como cohetes hacia mí, lo que me hizo dar gas
irremediablemente y poner tercera, viendo por los espejos como los perros me
perseguían durante un largo tramo, seguro que puse la moto a 80, pero no lo
puedo asegurar porque no me dio tiempo a mirar él cuentakilómetros.
A la que me doy cuenta estoy metido en la
capital maña, hace calor, son mas de las dos y voy en busca del Palacio Real de la Aljafería .
Aquí el 29 de Agosto de 1399 el
rey aragonés Martín I el Humano, convencido de la autenticidad del Santo Cáliz,
solicita la preciosa reliquia al Abad de San Juan de la Peña, ofreciéndole a
cambio un magnífico cáliz de oro, y el Grial es trasladado a Zaragoza, a las
capillas reales del Palacio Real de la Aljafería.
Como
voy justo de tiempo, no puedo dedicarle todo el tiempo que sería necesario, así
que después de las pertinentes fotos, sigo camino hacia el sur.
Salgo
de la capital y paro a reponer fuerzas, me esperan algo más de 50 kilómetros de
pistas hasta Cariñena, próximo sitio para pernoctar.
Visito
la ciudad celtibera de Contrebia
Belaisca, en Botorrita, del siglo IV A.C., que me pilla en mi ruta, pero me
quedo a cuadros, está completamente abandonada de la mano de dios.
El
cielo se va oscureciendo, así que si no me mojo será de milagro, el terreno de
las pistas va cambiando, es arcilloso y si se moja mal asunto para Flavia y
para mí.
En
algún tramo lo paso mal y hasta en algún punto busco alternativas de lo embarradas y arcillosas que están.
Continúo
por más pistas y ya empiezo a ver las primeras viñas.
Ya
en Cariñena me dirijo al Hotel de Vino, moderno complejo hostelero a pocos metros del centro de la
población.
Después
de una duchita me voy a estirar un poco las patas antes de cenar.
La
cena es un poco escasa pero de buena calidad, eso sí, acompañada de un buen
vino de la zona.
Amanece
en Cariñena y empezamos nuestra cuarta y última etapa griálica.
Nos
dirigimos hacia Encinacorba, pueblo donde empezará nuestra etapa Off Road.
En
poco menos de media hora y por carreterillas estamos allí.
Vemos
que vamos en el buen camino.
Cogemos
la pista y empezaos a subir.
Al
rato se va estrechando y la cosa se pone fea y nos hemos que dar la vuelta, voy
solo y no es plan de pasarnos en arriesgar.
Cogemos otra improvisada que parece
q este algo mejor.
Los
paisajes son espectaculares.
Pasamos
por el bonito pueblo de Daroca.
Alternamos
carreterillas y pistas, donde una de ellas nos llevara cerca de la Laguna de
Gallocanta.
Allí
nos acercaremos todo lo posible para contemplar la laguna lo mas cerca posible,
aunque hay carteles de “solo acceso a propietarios”
También
vemos la ermita de Nuestra Señora del Buen Acuerdo, a los pies de la laguna con
bancos y paelleros, donde paramos a descansar un rato y a contemplar las
fabulosas vistas que nos brinda el lugar.
Seguimos
por pistas pasando Bello y Blancas.
Los
paisajes que nos ofrece la zona son una explosión de colorido que nos irán
acompañando hasta el final de la etapa.
Llegamos
por pistas prácticamente hasta Ojos
Negros, pueblo minero que abastecía de hierro a los altos hornos de
Sagunto.
Atravieso
el pueblo y meto por un desvío que pone “salinas”, seguimos la exploración off
road, no sabía yo que en Ojos Negros hubieran salinas, pero sí, las había…..
Disfrutando
de la ruta y del día.
Luego
nos topamos al subir un puerto con el impresionante Castillo Peracense,
construido todo de rodeno y que se alza poderoso sobre una montaña de roca,
este está perfectamente conservado.
Una
visita a su interior previo pago de dos euros vale la pena.
Continúo
hacia la Sierra de Albarracín.
Ya
en Bronchales me detengo en la entrada a hacerme un tentempié, ya que hay mesas
y bancos, y además de aquí mismo parte
la pista que me adentrará por los frondosos pinares dela zona.
Me
meto en una pista que se va complicando conforme avanzamos y que de muy buena
gana y yendo solo me hubiera dado la vuelta.
Llega
un momento que la cosa se pone fea y prefiero abandonar el track, eh
improvisando me meto por otra pista que
tiene mejor pinta que la que llevo.
Atravieso
los pinares de Albarracín por una estupenda y retorcida carreterrilla en busca
de Teruel.
Voy
paralelo a la Autovía por pistas y carreteras.
En
un momento, pasando Sarrión, me
encuentro ante el imponente viaducto de Albentosa.
Sigo
bajando y me meto por una cortita pista que me hará llegar al pantano del
Regajo, en Jérica, muy cerquita del fin de mi viaje.
Disfruto
de la puesta de sol y descanso un rato en la tranquilidad que me da la zona.
Pocos
minutos más tarde, llego de nuevo al lugar donde partí, Vall de Almonacid.
Para
terminar esta historia solo deciros que el Santo Grial se encuentra ahora en la
Catedral de Valencia y desde el 18 de Marzo de 1437, cuando el rey de Aragón Alfonso V el Magnánimo, hijo y sucesor
de Fernando de Antequera, que sentía
especial predilección por Valencia, envió allí el Santo Grial, ya que Valencia
también pertenecía en aquel tiempo a la Corona de Aragón. Lo llevó Juan II, rey de Navarra y gobernador de
Aragón y Valencia, que lo depositó en el Palacio Real de Valencia.
Un
año después, en 1438, el cáliz es entregado a la Catedral de Valencia, como
garantía de un préstamo que el rey Alfonso
V de Aragón solicita a la Catedral y al Consejo de la ciudad de Valencia,
dada la imperiosa necesidad de fondos que tenía el monarca con los que costear
la Guerra de Nápoles. Ni este Rey ni sus sucesores Fernando el Católico y Carlos
I pudieron rescatarlo, y de este modo el cáliz quedará definitivamente
custodiado y venerado en la Catedral de Valencia.
En
1808 Napoléon invade España, y en
1809 el Grial inicia un inquieto peregrinaje con el objeto de mantenerse a
salvo de las profanaciones y rapacidad de sus tropas, así como de la posterior
Guerra de la Independencia. Durante este peregrinaje visitó Ibiza, Palma de Mallorca y Alicante.
El
golpe de estado del general Franco y
la guerra civil que provocó pusieron en grave peligro al Santo Cáliz, ya que
tres horas antes del incendio y saqueo de la Catedral de Valencia fue sacado de
allí, disimulado en el interior de unos periódicos, y escondido después en el
pueblo valenciano de Carlet, donde
pasó la mayor parte de la contienda.
Y
hasta aquí la historia del Santo Grial, de sus odiseas que tuvo que pasar durante
siglos en la península ibérica y de las muchas leyendas que de él salieron.
Así
lo he vivido y así lo he querido compartir con todos vosotros.
Han
sido un viaje en solitario de cuatro días y de 1250 kilómetros, de paisajes y
de historia , espero que os haya gustado y haya sido ameno tanto como lo ha
sido para mí.
Se disfruta
desde que se empieza a planear hasta cuando se hace la crónica,durante varios
meses. Quizás lo más corto sea la ruta en si.
TRACK DE LA RUTA AQUÍ
TRACK DE LA RUTA AQUÍ
Ya
estoy preparando la próxima de este tipo que son las que me gustan a mi.
Saludos y hasta la próxima.